Ella es así, ella es así, vuelve siempre a sucumbir.
En el Lago Azul estaba deshojando margaritas y jugándose a una carta Si la muerte, si la vida... Y la quise disuadir con la variedad de verdes, con las hojas que se mueven al capricho de la brisa plateadas por el sol.
Terminamos viendo cine, compartiendo nuestro aliento y entre beso, beso y beso, palomitas de maíz... Ya no hablamos más del lago ni de aquellas margaritas, fue aferrándose a la vida y volviendo a sonreír y volviendo a sonreír y volviendo a sonreír.
Ya en mi hogar revolotea, es mi amiga, compañera, mi amuleto de la suerte, talismán, mi buena estrella, mi alegría, mi adicción... Yo su agua calentita En las noches frías de invierno; Yo su apoyo, su pañuelo, Su cobija, su edredón.
Pero nunca se le olvida que es juguete de la vida y sin más desaparece y se me enreda por ahí con cualquiera que la mira, con la voz que la enamora y en su noche blanca y loca vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir.
Ella es así, ella es así, vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir.
Ella es así, ella es así, vuelve siempre a sucumbir.
...Y aparece una mañana de volar desengañada; piel ajada, piel sin brillo, un despojo sin sentido, arco iris sin color... Y le curo las heridas de su alma con mi vida, aunque sé que es su destino, que no tiene solución.
Pero nunca se le olvida que es juguete de la vida y sin más desaparece y se me enreda por ahí con cualquiera que la mira, con la voz que la enamora y en su noche blanca y loca vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir.
Ella es así, ella es así, vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir.
Ella es así, ella es así, vuelve siempre a sucumbir, vuelve siempre a sucumbir.